jueves, 17 de septiembre de 2015

Capítulo 6


Alex cierra la puerta de su habitación con una sonrisa de oreja a oreja. Pasa a través de su vertedero particular esquivando los distintos residuos que hay por el suelo hasta llegar al escritorio y observa el dormitorio. Sabe perfectamente que no padece ningún tipo de trastorno obsesivo compulsivo como indica Ruth, pero siempre ha sido muy desorganizado y, por qué no admitirlo, muy guarro; poco le importa la higiene del lugar en el que habita. Además, tal vez suene a excusa, pero Gio y Víctor no es que sean el mejor ejemplo de la palabra “limpio”. De todas formas, para eso han contratado a esa chica bilbaína; para que ponga un poco de orden en todo ese >>puticaos<< de casa.

Se tumba en la cama boca arriba y enciende su Toshiba rojo accediendo de forma directa a una página de Facebook que tenía previamente abierta: El rincón de Llalbet. Se dirige al apartado del estado y comienza a teclear.

¡Buenas noches gentuza!
Hoy ha sido un día de locos, pero os traigo nuevas!!!
He encontrado a alguien que puede volver esta nuestra historia realidad~~ *^*
Todavía me queda atar algunos cabos, pero seguro que consigo enredar a esta persona de la que os hablo para convertir The murderers thieves en un trabajo serio y de calidad.
Aún no me creo lo lejos que he llegado con este proyecto y es todo gracias a vosotros. Sé que no somos muchos en este grupo, ¡pero os estoy y estaré eternamente agradecido por el apoyo que me habéis brindado durante los últimos cinco años! Ahora sólo queda esperar y desear que la suerte esté de nuestro lado 8'D

#THEMURDERERSTHIEVES

-Llalbet-

Cierra la tapa del ordenador colocándolo en el otro extremo de la cama e inspira un poco de aire. Lo primero que hará mañana será ver si alguno de sus subscriptores ha comentado el nuevo estado. Tal vez parezca una tontería, y más teniendo en cuenta que acaba de cumplir 23 años, pero este tipo de cosas le ilusionan más que cualquier otra. Aunque el apoyo sea a través de una pantalla y no conozca a ninguno de sus seguidores en persona se siente bien cada vez que interactúa en esa página pública que creó con el fin de compartir su hobby. Lástima que durante los últimos años se haya quedado sólo en eso: un hobby. Pero ahora está seguro de que le podrá sacar provecho a su trabajo.

Empieza a sentir un nervioso cosquilleo en el estómago sólo de imaginar la cantidad de cosas buenas que podrían pasar si su plan se llevase a cabo con éxito. Además esta vez Ruth no estará encima de él recriminándole constantemente.

Es curioso lo caprichosa que es la vida; su novia rompe con él de la noche a la mañana y aparece la nueva asistenta, la cual resulta ser un prototipo de diseñadora y editora. Francamente, sigue muy dolido por lo que ha pasado con su ex, aún no puede creer que hayan roto; no obstante, por otra parte empieza a creer que tal vez todos esos acontecimientos hayan ocurrido por algún motivo. Nunca ha sido muy creyente del destino y esas cosas, pero lo de hoy parece una especie de señal.

De repente el chico escucha un silbido que atrae su atención: tiene un mensaje nuevo en el WhatsApp.
Arrastra su brazo derecho con pesadez hasta la mesita de noche y agarra el teléfono móvil que hasta hace unos minutos era de Eider. Suspira al ver la destrozada pantalla del aparato; realmente se ha metido una buena ostia. Por eso no le gustan las nuevas marcas que están sacando al mercado, una simple brisita de viento y ya están completamente rotos. Él tiene una patata de móvil desde hace años y todavía no le ha dado ningún susto. ¡Bien feliz que está con su Samsung Galaxy mini! Sí, ese móvil que todos tenían hace dos o tres años y del que todos se quejaban porque decían que había salido “defectuoso”. Para defectuosos ellos, ¡el suyo era duro como una piedra!, casi comparable a la resistencia de los antiguos Nokia, que ya es decir.

Enciende la pantalla y desliza el dedo de arriba abajo tratando de desbloquear el móvil, pero sólo consigue deslizarla hasta poco menos de la mitad; se ve que el cacharro está tan dañado que no responde bien al tacto del dedo. No obstante, en lo poco que ha conseguido deslizar la pantalla puede ver el mensaje de la persona que le ha escrito.

¿Puedo ir mañana a tu casa a desayunar?

Resopla pasando su mano por el pelo pensativo. ¿Qué hará ella despierta a esas horas de la madrugada?
•••

Han pasado diez minutos desde que le envió el mensaje y Alex no responde. Le parece muy raro, sabe de buena tinta que suele quedarse hasta las tantas jugando al LOL o a Call of duty.

Natalia chasquea con la lengua mientras coloca un mechón de pelo tras su oreja. ¿Qué debería hacer?, ¿acostarse y esperar a ver si obtiene una respuesta mañana?  También se ha estado planteando la posibilidad de llamarle.
La puerta de su habitación se abre lentamente y una mujer bajita de pelo rizado y castaño asoma la cabeza somnolienta.
            Natalia, ¿qué haces despierta todavía? Mañana tienes clase.
La chica guarda el móvil bajo las sábanas disimuladamente y fuerza una pequeña sonrisa.
            Perdona mamá, es que no consigo dormir.
Mónica mira a su hija frunciendo el ceño, últimamente pasa demasiadas horas pegada a ese cacharro inalámbrico. Cuando ella tenía su edad no se distraía con tanta tecnología, se relacionaba cara a cara con gente de su edad; no como todos los jóvenes de hoy en día que les quitas durante una hora el dichoso móvil y les da una rabieta.      
            ¿Y cómo esperas conciliar el sueño si estás pegada a esa cosa todo el día?comenta en un tono un tanto reprochableYa te dijimos que a partir de las 23.00 nada de móvil durante días de clase. Tienes que descansar.se acerca a la cama y saca de debajo de las sábanas el aparato.Me lo quedaré esta noche para que no te distraigas más con él.         
La chica mira a su madre sin dar crédito, pero de la sorpresa pasa rápidamente a la protesta.
            ¿Me estás vacilando? Tengo 17 años, no me parece justo que me quites mis pertenencias como si fuese una niña.
            Si tan mayor te crees da ejemplo y duérmete de una vez. Ya te lo devolveré mañanadice Mónica al paso que se dirige a la puertaY no me contestes así, no seas igual de descarada que tu hermano.
Su madre cierra la puerta y Natalia suspira derrotada. Si supiera que era precisamente con él con quién estaba tratando de hablar…
Desde que Alex se fue de casa el año pasado sus padres no dejan de estar encima de ella constantemente. Ahora entiende por qué su hermano siempre se alteraba a la mínima cada vez que le decían algo y ni se esforzaba en tratar de hablar sus diferencias con ellos. No se paran nunca a escuchar, siempre hay que actuar acorde con lo que ellos creen que es correcto. ¡Y si no lo haces cuidado con la que se te viene encima! Horas y horas de reproches y charlas repetitivas que cansarían hasta la mismísima Teresa de Calcuta.
Se levanta de la cama y se sitúa frente al espejo que hay en su enorme armario. Observa su silueta de arriba a abajo un tanto descontenta y se pone de perfil; está demasiado delgada. Odia esa dichosa constitución genética que le ha tocado, y eso que durante los últimos diez meses ha comido todo lo que ha querido y más. Si no consigue ganar unos kilitos parecerá un palo de escoba por el resto de vida.
Ahora pasa a mirar su cabello; es liso y su largura le llega casi hasta la cintura. Desde que se lo tiñó de rubio parece otra, pero no le disgusta el cambio. Estaba cansada de ese castaño caoba tan raro y característico que tienen todos los miembros de su familia. Cuando su madre vio el “desastre” que se había hecho en el pelo estuvo casi dos semanas insistiendo en que se volviera a teñir de castaña, pero no la hizo caso. El rubio que tiene ahora parece su color natural y se camufla a la perfección con la piel blanquecina; además resalta  sus ojos verdes cristalinos.   
Vuelve a mirarse de cuerpo completo y por un momento deja de pensar sólo en el físico. ¿Cuándo se ha vuelto así? Antes no le daba importancia a ese tipo de cosas; bueno, tal vez un poco sí, como todas las chicas de su edad, pero no más de la necesaria.
No sólo ha sufrido un cambio por fuera, si no también por dentro. Hasta hace poco era a lo que se le puede llamar “la hija perfecta”. Siempre obedecía a sus padres y no ponía pegas a nada, todo lo contrario de su hermano Alex. Vestía de forma muy recatada, nunca le había gustado enseñar demasiado y todo lo que tenía en su armario por aquél entonces era ropa holgada y pantalones; ¡jamás se hubiese puesto un vestido y menos una minifalda! Ahora por el contrario, tiene su armario lleno esas prendas.
No obstante, también hay cosas que no cambian. Todavía es una estudiante ejemplar, saca muy buenas notas. Respecto al carácter sigue siendo igual de tímida e insegura, a pesar de que haya intentado remediar esto último muchas veces con su nueva falsa autoconfianza.
Se vuelve a meter en la cama resoplando agobiada. Aún no es suficiente, tiene que seguir transformándose. ¿Y todo este cambio radical a que se debe? A un chico, por su puesto.
Natalia nunca ha sido enamoradiza. Es verdad que ha tenido algún que otro novio, pero sólo las típicas relaciones que se dan en la adolescencia. Esas en las que te das cuatro besos tontos y al mes terminas rompiendo con la otra persona porque no te gusta de verdad, si no que sólo ha sido un tonteo momentáneo. Pero esta vez es distinto, ¡está enamorada!,¡enamorada de verdad!  
Cada vez que ve a ese chico siente un cosquilleo en el estómago y se le hace imposible hablar con él sin que suelte alguna tontería o se ponga a tartamudear.
Cuando le conoció parecía distinto a los demás, tenía una personalidad diferente. Al principio sólo le llamaba la atención, pero cuando empezó a tratar con él su forma de ser la cautivó. Con el paso del tiempo los sentimientos de la chica pasaron de simpatía a algo más intenso.
Tiene una infinidad de motivos por los que le gusta esa persona; siempre está contento, se porta muy bien con ella, la hace reír, tiene una interesante forma de ver el mundo y sobretodo siempre es fiel a sus principios. Otra de las cosas que más le gusta a Natalia de ese chico es que nunca está callado. Hay días en los que se pueden pasar horas hablando, ya sea cara a cara, por Skype, WhatsApp…Bueno, en realidad siempre habla él ya que ella es más bien callada, pero el caso es que le gusta escucharle.
Quiere pasar todo el tiempo del mundo a su lado, está completamente segura de ello. Aunque hay un pequeño inconveniente, y es que él no la ve como una mujer.
No es la edad lo que impide que se fije en ella, tampoco se llevan tanto después de todo. El problema es que a él le gustan otro tipo de chicas: más extrovertidas, coquetas, seguras de sí mismas…¡rubias! Es decir, todo lo opuesto a su persona.    
Ese es el motivo por el que ha decidido cambiar. Quiere gustarle, quiere ser el tipo de chica en la que él se fijaría, quiere llamar toda su atención y por supuesto quiere enamorarle; aunque esto último puede costarle algo más que un simple cambio de imagen, porque no es el tipo de persona que se ate a alguien. De hecho, ya se lo dijo una vez durante una de sus conversaciones nocturnas: “Yo no creo en el amor. Nada que te crea dependencia puede ser bueno.” Esas palabras por una parte le dolieron, pero por otra fue una pequeña alegría, ya que eso significaba que no estaba abierto a tener nada estable con ninguna chica y eso obviamente supondría menos competencia.
Ahora es el momento, está más o menos preparada (aunque le queden cosas por pulir). Tiene que intentar valerse de su cambio, está tratando de ser la chica perfecta para su “príncipe azul” y no va a echarse atrás. Ha tenido dos semanas para mentalizarse sobre cómo va actuar cuando le vea. Las vacaciones de navidad acaban de terminar y no ha podido hablar ni saber de él porque estaba pasando esas fechas festivas con su familia a la que llevaba tiempo sin ver.


La chica empieza a tener sueño y cierra los ojos sin antes pensar en que mañana es el día y Alex es la clave para que vuelvan a reencontrarse. Después de todo, el chico que le gusta no es otro que el compañero de piso de su hermano.

Continuará...

jueves, 3 de septiembre de 2015

NDQFF Capítulo 5



Son las tantas de la madrugada y Eider no consigue conciliar el sueño.
Han sido tantos los acontecimientos de ese día que su cerebro no consigue procesarlos todos. Por si fuera poco se oyen pasar los coches del exterior, es algo raro teniendo en cuenta que su antiguo barrio era muy tranquilo.
Se incorpora del colchón en el que está tumbada y observa a su alrededor. Víctor la ha trasladado a un pequeño ático bastante luminoso que a partir de ahora será su dormitorio.
A su alrededor puede ver infinitas cajas de mudanza y algún que otro objeto acumulado en la esquina del fondo. Está claro que en esa casa sobran demasiadas cosas, aún no ha visto una sola habitación que esté medianamente limpia. A esos tres no les hace falta una asistenta, si no una empresa de limpieza entera.
Chasquea la lengua y vuelve a recostarse mirando hacia el techo malhumorada. Se pone los auriculares de su Ipod y enciende el reproductor de música. Cuanto antes deje de pensar mejor.
Suena la canción de Don’t dream It’s over, buen tema para empezar a relajarse. La chica cierra los ojos y aspira profundamente tratando de quedarse dormida, pero solo se le vienen a la cabeza recuerdos de las últimas horas.
­­
•••

Siento todo este lío. Soy Víctor, encantadoel joven se acerca a Eider y le da dos besos. Hasta el momento ha sido la presentación más decente que ha habido en esa casa.
Víctor pasa la mano por su cabello y se reajusta las gafas dando un leve suspiro mientras observa a Alex.

            Así que…ha pasado algo con Ruth­.

La castaña pestañea sorprendida ante esa afirmación.

            Vaya, cualquiera diría que sois testigos de estas cosas a menudo.

            Era de esperar, últimamente su relación no iba por buen camino. Muchas discusiones por teléfono durante las últimas semanas. Y además… hace una pausa cruzándose de brazos y susurra­Alex no lo sabe, pero estuvo aquí el otro día recogiendo sus cosas. Tenía claro que iba a cortar su relación con él.

Ambos miran disimuladamente al catalán tirado en el sofá. Claramente está destrozado.

            Seguramente estarás cansada tras el día de hoyconcluye el chico volviéndole la mirada¿Qué te parece si mejor hablamos de tus labores mañana?

Eider se limita a asentir y Víctor divisa la maleta que la chica ha dejado en el rellano.

            Imagino que la maleta es tuya, permíteme.dice mientras agarra el equipaje y se dirige al interior del salón antes de que ella pueda contestar.

La muchacha lo observa impresionada. Realmente no tiene nada que ver con los otros dos niñatos, este sí es un hombre de verdad. Puede que sea porque tiene unos pocos años más que Alex y Gio, pero después de ver los especímenes de esa casa ya se imaginaba cualquier cosa.
Ambos se adentran en la cocina americana y la chica divisa algo que no había apreciado hasta el momento. Justo al margen derecho hay unas escaleras caracol escondidas junto a otra pequeña terracita mucho más pequeña que la del salón donde se supone que se hace la colada.
Víctor sube como puede la maleta y Eider le sigue expectante. Cuando llega arriba apenas puede ver dónde se encuentra, pues está todo a oscuras. El hombre corre unas cortinas y muestra el ático lleno de cosas.

Aquí es donde dormirás a partir de ahora.No le está ofreciendo gran cosa, podría ser por lo menos una habitación y no esa especie “trastero”, pero es lo único que tienen disponible. Sé que parece un cuchitril, pero ya verás como cambia en cuanto quitemos las cajas de la mudanza y despejemos todo un poco.

La joven se limita a forzar una sonrisa. Lo cierto es que no le hace gracia tener que dormir en ese sitio lleno de polvo, pero no le queda otra, lo están haciendo con toda la buena fe del mundo. Además no sabe porqué, pero algo le dice que al final será únicamente ella quién acabe limpiando todo ese ático lleno de cosas. Por otra parte casi lo prefiere así, se ve que la frase “orden mínimo” no tiene cabida en el vocabulario de los inquilinos de esa casa.
Víctor deja escapar un bostezo y se estira tratando de relajarse del peso de la maleta.

            Me encantaría quedarme un rato más charlando para conocerte mejor Eider, pero acabo de llegar de trabajar y estoy muerto.

            Lo entiendo, no te preocupes. Además creo que ya es tardese dispone a mirar la hora en la pantalla de móvil, pero cuando lo desbloquea recuerda que tiene toda la pantalla rota y se resigna limitándose a contestarMejor si hablamos mañana.
Este la sonríe amablemente y baja por las escaleras no sin antes informarla de que si necesita cualquier cosa se lo haga saber.

•••

Desde entonces han debido de pasar por lo menos cuatro horas. Está empezando a frustrarse. Escuchar música no le vale, necesita distraerse aún más. Justo en ese momento comienza a sonar una nueva canción y no puede evitar empezar a cantarla entre susurros.

            It’s my imagination running away or is, All this really happening to me…?

Transcurren unos segundos hasta que nota como algo roza suavemente su oreja. Tampoco es un roce exacto, más bien es  esa sensación que tiene alguien cuando le van a rozar pero aún no lo han hecho, los cosquilleos por llamarlos de algún modo. Al principio Eider no les da mucha importancia, pero al ver que esa incómoda sensación no desaparece siente un escalofrío con lo que se le viene a la mente. Ese ático está lleno de polvo y suciedad, la casa en sí es una pocilga, no sería de extrañar que hubiese algún insecto. ¿Y si le está rozando una araña la oreja o algo parecido?
Abre los ojos de par en par nerviosa y lleva su mano derecha a la oreja, pero en vez de tocarse el oído da con una cosa grande en movimiento que trata de quitarle los auriculares, parece…¿una mano? Se inclina del colchón nuevamente dando un asustado grito y al mirar a su lado ve una silueta que le ha sido bastante relevante desde que ha llegado a Madrid.

            ¿Porqué pegas ese grito?, ¿estás loca?

Eider lleva su mano al pecho e inspira más calmada. Alex está sentado justo en el otro extremo del colchón.

            —¡¿Se puede saber qué haces tú aquí?!

            —¡Shhhhhhhh!­el castaño lleva su dedo índice a los labios indicando silencioBaja la voz, vas a despertar a todos.

Alex recibe una mirada aún más confusa por parte de la chica, quién mira desconcertada de un lado para otro como si hubiese más gente cerca.

            ¿Qué hora es?

            Las 2.30su tono suena un tanto seco, pero al momento trata de enmendarloEstaba empezando a arrepentirme de venir a hablar contigo por si te despertaba. Pero como me he asomado y he oído que estabas cantando…

La chica siente como sus mejillas empiezan a arder de la vergüenza. No es que le importe que su gente cercana la oiga desafinar mientras canta, pero que una persona a la que apenas conoce desde hace 24 horas sí. Alex lo nota y deja salir una divertida sonrisa.

            Eh, tranquila. Tampoco lo hacías tan mal, pero debes practicar un poco más los agudos. Llegas a notas que sólo pueden oír los perros.

¿Qué quieres?ella trata de cambiar de tema rápidamente. No son horas para estar aguantando burlas sobre su falta de oído musical.

Alex desvía la mirada al suelo mordiendo su labio inferior mientras sacude la pierna repetitivamente y Eider recuerda el tipo de reacciones similares que ha tenido durante la tarde. Salta a la vista que es un chico bastante inquieto.

            Verás, yo venía a pedirte disculpas. No solo por lo de la estación, si no también por lo que ha pasado esta tarde.

Esas palabras han sido tan imprevistas que la chica abre la boca de par en par.

            Últimamente a mi novia…bueno, ex novia y a mí no nos iba muy bien y de alguna manera creo que lo he pagado contigoempieza a explicarse moviendo cada vez más rápido su pierna, lo cual a Eider le pone nerviosaTe juro que lo del móvil no lo he hecho a posta. Antes de ir a buscarte estábamos discutiendo en su casa y entre los nervios y todo lo demás no estaba muy centrado cuando he llegado a Chamartin. Así que por todo eso, lo siento.

Está diciendo la verdad, se nota. Lo cierto es que desde que lo conoció en la estación se ha comportado de manera muy grosera, pero al menos ahora reconoce sus errores.

            Tranquilo, estás perdonado. Yo por mi parte siento mucho lo que ha pasado con tu novia.agarra un mechón de su cabello y lo estira mientras dice lo siguiente algo apenadaNo debí haberme metido en medio. Creo que sólo ha servido para empeorar las cosas.

El chico no responde a eso último y Eider se siente aún peor. Seguro que coincide con ella en que ha sido mala idea entrometerse y la estará culpando internamente por el resto de su vida.
Transcurren pocos segundos de silencio hasta que la chica trata de romper el hielo y cambiar de tema.

            Así que haces películas, ¿eh?

Este la mira sorprendido, no entiende de dónde ha sacado esa información hasta que la chica se explica.

            Le oí a Ruth decir esta tarde que estabas buscando ideas para tu nueva película. ¿Estás en el mundillo cinematográfico?

            AhAlex deja salir una extraña sonrisaEn realidad no. Se trata de un proyecto para la universidad. Estoy estudiando audiovisuales y me he propuesto hacer un corto como trabajo de fin de grado. Lo presento en julio.

            ¿Es tu último año en la universidad?

            Sí. El año pasado me quedaron algunas asignaturas de tercero y cuarto porque apenas pasaba por clase. No fue un buen año que digamos…Ahora las estoy recuperandodice en tono incómodo mientras se rasca la nuca de manera instintivaSé que todavía queda mucho para la exposición del TFG, pero quiero empezar a idearlo cuanto antes.

            Así que es eso. Pensé que te dedicabas a dirigir o algo parecido en tu tiempo libre. Como dijiste que necesitabas ideas para tus historias.

Ante esa mención Alex alza la vista al techo y se retuerce incómodo. Es entonces cuando empieza a palmear con la mano derecha sobre su rodilla. Otra vez parece alterado, ¿es que no se está quieto nunca?

            Cuando hablaba de historias no me refería exactamente a historias para una películapor el tono de su voz se nota que se está poniendo nervioso, como si no quisiera hablar mucho respecto a eso. No obstante Eider sigue curioseando.

            ¿Y si no son para una peli para qué son?

       ¿Podemos cambiar de tema?la corta directamente de forma bruscaNo acostumbro a que una persona a la que acabo de conocer pregunte tanto por mi vida privada.

Vale. Ya le ha quedado muy claro, su naturaleza es la de ser un puto borde. La chica se tapa con las sábanas ofendida mientras se tumba dándole la espalda.

            En ese caso no te pienso preguntar nada más. Ale, ahora que te has disculpado y tienes la conciencia tranquila puedes marcharte.

Alex denota que la nueva inquilina está molesta y suspira fastidiado al mismo tiempo que deja la mirada en blanco. Realmente es difícil complacer a una mujer. Ya tenía suficiente con Ruth y por si fuera poco le traen a una chica de peor carácter.

            Oye, estoy tratando de ser simpático, ¿vale? Ya que vamos a vivir juntos pensé que sería propicio empezar de cero y hacer de nuestra convivencia algo agradable.

            Ibas por muy buen camino hasta que me has contestado como un neurótico—.Normalmente Eider tiene una paciencia increíble con ese tipo de personas, pero este especialmente la saca que quicio.

El chico chasquea con la lengua y realiza repetitivas veces sus tics nerviosos. Finalmente pregunta.

            ¿Y tú que has hecho? Me pareces demasiado joven para estar trabajando en algo como esto.

            Quería cambiar de airesse limita a contestar la vasca.

            Ey, eso no me vale. Yo te he contado mucho más.

Eider piensa lo injusto que es que le esté exigiendo algo así teniendo en cuenta cómo acaba de ponerse él por preguntarle acerca de sus misteriosas historias. No obstante se gira para responder.

            No he ido a la universidad. Cuando salí de bachiller me dediqué a hacer grados superiores. Y sí, tengo 22 años y soy demasiado inexperta como para estar trabajando para gente de mi edad.

            De hecho eres más joven que yo. Tengo 23. —la interrumpe el castaño mirándola de arriba a abajo.

            Pues eso. El caso es que por cuestiones de la vida, que no pienso contarte porque tú tampoco me hablas de tiremarca claramentehe llegado a Madrid.

El reprochado deja salir una pequeña y curiosa carcajada.

            Al menos dime que clase de FP has estudiado.

            Diseño gráfico y producción editorial.

La mirada de Alex cambia por completo ante esa información. Ahora mira a su compañera como un niño pequeño mira un coche de carreras. Eider puede percibir un brillo especial en sus verdosos ojos desde que ha dicho eso, cosa que le atrae pero a la vez le incomoda un poco. Para rematar el chico acaba de suspirar de manera feliz.

            ¿De verdad eres artista gráfica?

Se lo parece a ella o esa pregunta la ha dicho en un tono…¿emocionado?

            Emmm…sí, se puede decir que sí.

Alex no puede reprimir una pequeña sonrisa y se queda totalmente callado. Eider no sabe como interpretar eso. 
Unos segundos de silencio invaden el ático y la chica no deja de pensar en lo tensa que está. Nunca le han gustado esos vacíos sin habla durante las conversaciones, hasta que para su deleite el joven de pelo caoba por fin consigue gesticular palabra.

            Bueno Eider…tengo que irme a la cama, es tarde.

Esa frase la ha descolocado por completo. ¿Qué?, ¿a la cama?, ¿después de esa reacción?

El chico mete la mano en el bolsillo de su pantalón y saca un móvil Samsung Galaxy.

En realidad he venido a disculparme y a proponerte un cambio temporal.

Vale, ahora sí que no entiendo nadaresponde directamente confundida.

Alex ve el móvil de Eider sobre la cama y lo coge sin permiso.

            Entiendo que ha sido culpa mía que tu pantalla se haya roto. Y supongo que durante los próximos días vas a tener que realizar llamadas a tu familia para que sepan como estás y demás. Así que haremos una cosa, intercambiaremos los móviles hasta que puedas comprarte uno nuevo. Tú te quedas con el mío y yo con el tuyo. Sólo tenemos que cambiar las tarjetas.

La vasca queda anonadada, ¡ese chico es absolutamente impredecible! Tan pronto es un grosero de cuidado como puede ser la persona más amable del mundo. Que desconcertante.

            No hace falta Alex, en seriose muestra agradecida por el ofrecimiento, pero no le gusta tomar prestadas cosas de los demás.

            Insisto, al menos hagamos el intercambio por unos días y vemos si Gio puede buscarte un chollo barato entre sus contactos.

La chica enarca una ceja sonriendo levemente.

            —¿Gio?

Este suelta la carcajada más audible que ha oído desde que lo conoce.

            Hay muchas cosas que irás descubriendo de nosotros.

Antes de que pueda responder baja las escaleras despidiéndose con la mano y Eider le da las gracias por el detalle, aunque no sabe si la ha oído, porque no ha obtenido respuesta.
Ha sido una charla muy extraña, pero al mismo tiempo de alguna forma ha conseguido que le anime lo que queda de noche. Ahora al menos podrá dormir más tranquila sin someterse a la presión de sentir que ha roto una pareja…bueno, más o menos.
Se tumba boca arriba con una leve sonrisa y antes de cerrar los ojos no puede evitar susurrar.

            Chsk, que tío más raro.